Según la Organización mundial de la salud, la salud no solo se define por la ausencia de enfermedad, sino por un bienestar global. En este sentido, la salud tiene una dimensión bio-psico-social.
Sistema de salud convencional y enfoque de salud integrativa (o PNI):
Actualmente, disponemos de un sistema de salud convencional, basado en la ciencia, el diagnóstico de patologías o síndromes y el tratamiento de síntomas mediante fármacos. Tradicionalmente, se divide en órganos, sistemas y especialidades. Este sistema de salud público es excelente en gestionar situaciones de salud agudas, mediante los servicios de urgencias y los departamentos especializados.
La salud integrativa o psiconeuroinmunología también se basa en la ciencia. Sin embargo, en vez de tratar al paciente según sus síntomas aparentes y mediante un tratamiento separado en especialidades y órganos, se adopta una visión global y dinámica. Los terapeutas de salud integrativa dedican al menos una hora para entrevistar al paciente, averiguar las causas y las interrelaciones entre los síntomas y los órganos afectados, además del aspecto mental, emocional y psicológico. Se contempla una línea de tiempo, para observar la evolución del paciente a lo largo de los años, con el fin de tratar el conjunto de síntomas hacia la mejora, a largo plazo.
Un ejemplo de paciente de salud integrativa podría ser una persona con un conjunto de síntomas o síndromes digestivos, hormonales, físicos y psíquicos, dolores, sobrepeso, pérdida de funcionalidad o movilidad, etc. En el sistema de salud convencional, esta persona estaría dirigida hacia varios especialistas por separado: gastroenterólogo, endocrinólogo, reumatólogo, psicólogo, fisioterapeuta, psiquiatra, etc. En la salud integrativa, este paciente estaría atendido en una sola clínica, por un terapeuta principal, que podría derivarle puntualmente hacia los profesionales de salud más adecuados según los casos, y siempre comunicando con esos otros profesionales para tener una visión conjunta del paciente.
Herramientas de la salud integrativa
La caja de herramientas de la salud integrativa es un conjunto de herramientas disponibles, destinado a tratar los diferentes problemas de una persona de manera personalizada.
- Anamnesis (entrevista) detallada
- Interpretación de analíticas de sangre, pruebas complementarias
- Pautas nutricionales, complementos alimentarios si son necesarios
- Estilo de vida
- Derivación a otros profesionales
Existen 7 pilares fundamentales en la salud integrativa:
1) Alimentación y nutrición
En general, se aplica un modelo de alimentación antiinflamatoria, adaptado según cada persona, en caso de inflamación, sobrepeso, glucemia o colesterol elevados, disbiosis, infecciones, dolores, cansancio, falta de energía, etc.
Alimentos para incluir
- Verduras de hoja verde, raíces, tubérculos.
- Arroz, trigo sarraceno, maíz, lentejas, judías secas, garbanzos (según la sensibilidad individual).
- Fruta fresca con baja carga glucémica.
- Alimentos proteicos de calidad: carne, pescado, marisco, huevos, caldo de huesos, hígado
- Grasas saludables: aceite de oliva, aceite de coco, ghee, aguacate, frutos secos, carnes y pescados grasos.
- Especias, hierbas aromáticas y condimentos
- Alimentos y bebidas fermentados
- Una hidratación correcta
Alimentos para reducir o evitar
- Cereales, pan, pizza, pasta, bollería, galletas
- Azúcar y alimentos con azúcar: dulces, pasteles, chuches, chocolate con leche…
- Bebidas alcohólicas
- Grasas vegetales refinados (aceite de colza, girasol, etc.)
- Productos preparados, ultra-transformados
- Según la sensibilidad: lácteos, solanáceas, legumbres, frutos secos, marisco, etc.
Proceso de reintroducción
Si hemos seguido una versión más estricta de este modelo de alimentación antinflamatoria, en caso de enfermedades inflamatorias o autoinmunes, procederemos a reintroducir determinados alimentos según un orden concreto. Este protocolo de eliminación y reintroducción (como es el AIP o protocolo autoinmune pero también la dieta FODMAP en caso de SIBO) permite diseñar un modelo de alimentación totalmente personalizado según los síntomas, la sensibilidad, las intolerancias, etc. de cada paciente.
Hidratación
Las pautas de hidratación se adaptan en función de las personas, pero se suele recomendar el consumo de 1,5 l de agua al día.
Complementos alimentarios
Se puede recomendar determinados complementos alimentarios en caso de necesidad, según los resultados de analíticas y la sintomatología de los pacientes.
2) Gestión del estrés
El pilar de la gestión del estrés es fundamental en la salud. Los diferentes recursos a los que podemos recurrir son:
- Mindfulness, meditación de plena consciencia
- Respiración, coherencia cardíaca
- Yoga
- Espiritualidad
- Terapias psicológicas: Terapia cognitivo-conductual, EMDR, etc.
- Reducir tensiones corporales: osteopatía, reflexología, hipnosis…
- Aceites esenciales
- Bañera de agua caliente con sales de magnesio (Epsom), spa…
- Compartir, amistad, comunidad
3) Movimiento
El movimiento y el ejercicio físico tienen efectos benéficos en muchos aspectos de la salud:
- Movimiento o actividad física (actividades diarias habituales) y ejercicio físico (practicar un ejercicio físico con una intención, en un lugar y por un tiempo determinados).
- Ejercicio adaptado según las personas.
- Combinación de ejercicio aeróbico y ejercicio de fuerza
- El ejercicio tiene que ser placentero. Podemos practicarlo de manera individual o en grupo.
Estudio científico de referencia: Exercise is the real polypill.
4) Ritmos circadianos
Se trata del ritmo de día y noche, vigilia y sueño. La palabra “circadiano” proviene del latín circa-diem: cerca de un día (un poco más de 24h).
Si respectamos unos ritmos circadianos fisiológicos, se regulan las hormonas cortisol y melatonina, que juegan un papel muy importante en nuestro estado de vigilia y sueño.
Para optimizar nuestros ritmos circadianos, se recomienda respetar las siguientes pautas:
- Adoptar horarios regulares de sueño
- Establecer una rutina de calma antes de ir a la cama
- Lectura, bañera, aceites esenciales, ambiente tranquilo, sin pantallas (y poner filtros de luz azul en las pantallas), bajar luces (luces rojas vs azules), bajar el volumen sonoro, música suave, temperatura fresca, oscuridad, espacio limpio y reservado para dormir y tener sexo, evitar discusiones o conflictos por la tarde/noche.
5) Relaciones sociales
Nuestras relaciones sociales se enmarcan en un macro, meso y micro contexto.
El macro contexto es el país, el continente donde vivimos.
El meso contexto se compone de nuestros conocidos, familia lejana, colegas de trabajo, padres de alumnos…
El micro contexto está formado por las personas más cercanas: pareja, hijos, familia cercana, amigos íntimos.
Unas relaciones sociales fuertes y satisfactorias aseguran nuestro bienestar, nuestra integración en la sociedad, nuestra salud, nuestro desarrollo personal y nuestra supervivencia.
6) Naturaleza
- El contacto con la naturaleza produce la secreción de oxitocina, que es la hormona del bienestar. Se activa el sistema parasimpático, que nos permite relajarnos y sentirnos tranquilos y cómodos.
- Varios estudios científicos han mostrado que los baños de bosque japoneses (Shinrin Yoku) tienen efectos benéficos en la salud cardiovascular, pulmonar y para luchar contra la depresión. Los elementos bioquímicos y aceites esenciales desprendidos por los árboles aportan calma y una sensación de conexión profunda con la naturaleza, la espiritualidad.
- El contacto diario de la piel con el sol durante 15 mn ayuda a sintetizar vitamina D, imprescindible para la salud del sistema inmunitario, para fijar el calcio en los huesos, en la prevención del cáncer y de enfermedades autoinmunes.
- El contacto con animales también ayuda a secretar oxitocina, la hormona del bienestar, y a reducir el cortisol, la hormona del estrés. También ayuda a reducir la prevalencia de alergias.
7) Ocio y placer
Es imprescindible reservar momentos de ocio y placer en nuestra vida diaria. Podemos anotarlos en la agenda como si fuera una visita al médico o una reunión de trabajo: sesiones en el gimnasio, danza, yoga, Pilates, música, arte, lectura o escritura, diario de gratitud, sexualidad, etc. Estas actividades nos provocan placer, satisfacción, distracción, introspección y a la vez conexión con otras personas, según sean actividades individuales o colectivas.
Conclusión
Estos 7 pilares de la salud integrativa están íntimamente relacionados entre sí, y son imprescindibles para garantizar una salud completa: física, mental y preventiva, a largo plazo.