Diabetes: Diferencias entre tipo 1 y tipo 2

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica en la que los niveles de glucosa (azúcar) en sangre son elevados. La permanencia de glucosa en sangre elevada deteriora el organismo produciendo daños y complicaciones.

La glucosa es la principal fuente de energía de nuestro organismo siempre que sigamos una «alimentación tradicional». Proviene de los alimentos que consumimos, desde el azúcar simple hasta los cereales o las legumbres; incluso nuestras células pueden transformar las grasas y las proteínas en glucosa si lo necesitan, como en el caso de dietas cetogénicas o bajas en carbohidratos.

Presentar niveles altos de glucosa en sangre puede ser debido a la disminución de la cantidad de insulina (hormona que permite almacenar la glucosa o entregarla a las células), o que nuestro cuerpo cree resistencias hacia esta hormona. Estas alteraciones son debidas a otros factores que comentaré a continuación, y son diferentes dependiendo del tipo de diabetes que se padezca.

Diabetes mellitus tipo 1

La causa de la diabetes tipo 1 es desconocida, de modo que lo más probable es que sea una enfermedad autoinmune. Puede aparecer a cualquier edad pero mayoritariamente se manifiesta en la infancia, adolescentes o adultos muy jóvenes. En este caso, el sistema inmunitario destruye las células productoras de insulina que se encuentran en el páncreas impidiendo que pueda producir esta hormona para el buen funcionamiento del organismo.

La manifestación de esta enfermedad suele ser de forma abrupta y con unos niveles de glicemia (glucosa en sangre) muy elevados (300-400mg/dl), produciendo unos síntomas graves y específicos que requieren tratamiento con insulina de forma urgente.

Los típicos síntomas que presenta una persona que debuta (cuando aparecen estos síntomas de forma abrupta) suelen ser: sentir muchas ganas de comer y sed excesiva de forma constante, junto con un aumento de la cantidad de orina. Todo esto acompañado de una pérdida de peso inexplicable.

Una vez diagnosticado y tratado el debut diabético, el tratamiento consistirá en la administración de insulina de forma subcutánea, según la glucosa en sangre que presente antes de las comidas. Este tratamiento es para siempre ya que se trata de una enfermedad crónica que no tiene cura. Esta enfermedad autoinmune condiciona la vida de las personas que la padecen y les obliga a llevar un seguimiento exhaustivo de su glucosa en sangre y de insulina administrada. Sin olvidar mantener una alimentación saludable controlada en hidratos de carbono y ejercicio físico. De hecho, con una alimentación adecuada/adaptada a cada caso, y supervisada por un profesional, se puede llegar a reducir la dosis de insulina.

Aquí puedes encontrar algunas recetas saludables y aptas para personas con diabetes que os pueden dar ideas.

Diabetes mellitus tipo 2

La diabetes tipo 2 es una de las enfermedades más prevalentes del mundo. El estudio exhaustivo di@bet.es que se publicó en 2012 concluyó que el 13,8% de los españoles mayores de 18 años presentaban diabetes tipo 2 (más de 5,3 millones de personas). De estos, 2,3 millones desconocen que padecen la enfermedad (el 43% del total) ya que muchas de las veces, se diagnostica de forma casual cuando lleva años instaurada, y probablemente con complicaciones ya presentes (de las que hablaremos en otro momento). Se estima que esta cifra irá aumentando con los años debido a la tendencia de la sociedad a la obesidad y el sobrepeso.

El retraso en el diagnóstico es debido a la baja o nula sintomatología que presenta, sobre todo los primeros años. En este caso, el páncreas produce insulina pero ésta es insuficiente para controlar la glucosa en sangre, niveles que se mantienen por encima de 125mg/dl. También puede ser que el páncreas produzca la suficiente insulina pero nuestro organismo no la utiliza adecuadamente (resistencia); o ambas cosas. La glucosa elevada persistente, como ya hemos comentado al principio, va deteriorando diferentes órganos de nuestro cuerpo como por ejemplo los riñones, el corazón, la vista o la circulación de las extremidades inferiores.

La causa de la diabetes tipo 2 es debida a muchos factores, pero principalmente está relacionada con a una alimentación alta en azúcares e hidratos, el sobrepeso o la obesidad, y el sedentarismo.

El tratamiento básico para reducir los niveles de glucosa en sangre y ayudar a que nuestro organismo reduzca la resistencia a la insulina es la alimentación y el ejercicio. Además hay algunos fármacos como los antidiabéticos orales que ayudarán a reducir la glucosa. Si el tratamiento es insuficiente y no se consigue reducir los niveles de glucosa altos se puede añadir insulina subcutánea como en el caso de la diabetes tipo 1.

En la diabetes tipo 2 es muy importante mantener una alimentación saludable baja en hidratos de carbono y azúcares simples. Por ejemplo, la dieta Keto baja en carbohidratos podría ser una buena alternativa en este caso siempre que esté supervisada por un profesional.

Es conveniente reducir dulces y cereales no integrales (pan, pasta, arroz, etc.),  aumentar el consumo de verduras y hortalizas, cambiar a los cereales integrales y consumirlos de forma moderada. Cuidado con las frutas, hay que comerlas pero con precaución ya que presentan azúcares simples (unas frutas más que otras). Priorizar las frutas con un índice glucémico menor como serían el aguacate, el coco y los arándanos.

Por otro lado, el ejercicio es primordial para reducir los niveles de glucosa en sangre y de esta manera, también mantendremos un peso adecuado.

Aquí tienes algunos ejemplos de hábitos de vida saludable para que los adaptes a tu día a día.

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